sábado, 17 de marzo de 2012

Analicemos: Dragon Quest IX



La revolución del concepto J-RPG merecía un apartado. 
La historia más longeva y más emocionante que gusta tanto a fieles seguidores como ha primerizos en el tema.


Un año después de haber arrasado en Japón con más de 4 millones de copias vendidas y una puntuación perfecta (40 de 40) en Famitsu, el noveno y esperado capítulo de la afamada serie Dragon Quest aterriza en Occidente. Y lo hace con grandes revoluciones. En primer lugar, porque significa el primer título de la saga en lanzarse para una consola portátil y, en segundo término, porque es además el primero en incluir multijugador.

Se esperaba mucho del videojuego desarrollado por Level 5, una compañía que ya ha demostrado su valía con productos tan destacados como Rogue Galaxy, Profesor Layton o el propio Dragon Quest VIII. Y la verdad es que con Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento se han cumplido las expectativas, en parte, porque muchos fieles seguidores de la franquicia no esperaban menos de un título donde comparten protagonismo Yuji Horii (creador de la serie), el siempre sorprendente Koichi Sugiyama (compositor musical) y el mismísimo Akira Toriyama.
Con cerca de 60 horas de juego, lo último de los nipones sorprende por su trabajada puesta en escena, por su elevada dificultad y por su interesante trama. Una historia donde volvemos a dar nombre a nuestro protagonista, sexo (hombre o mujer) e incluso aspecto (color de ojos, tipo de pelo, tono de piel, estatura...) para que nos sintamos sumergidos al máximo dentro de una aventura donde, con la finalidad de cuidar hasta el último detalle, el protagonista nunca hablará. Incluso las secuencias de vídeo siempre se nos mostrarán en primera persona.
Un ángel caído del cielo 
Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento nos pone en el lugar de un ángel al que se le asigna un pequeño poblado del mundo a proteger. Su deber consiste en realizar actos puros, ayudando a los mortales solucionando problemas, a la vez que auxilia a los espíritus moribundos. Todo a cambio de las “benevolencias”, sustancias celestiales que los ángeles buscan para revivir el gran árbol que les llevará hasta su Todopoderoso. No obstante, algo inesperado ocurre y nuestro personaje pierde sus alas, cayendo al abismo de la Tierra, donde una horda de monstruos ha irrumpido para arrasarlo todo. De nosotros depende ahora descubrir lo que ha pasado y devolver todo a la normalidad.
Una tarea épica, sin duda alguna, donde no faltará el humor tan característico de la serie, esta vez presentado incluso de una manera más enfatizada. Y no es que los personajes que nos encontremos por el camino (muchos acabarán uniéndose a nuestro grupo) tengan una personalidad desbordante, pero al menos nos acompañan con garantías, tanto en las tareas de exploración como de combates, tan clásicas en cualquier Dragon Quest que se precie.

En este sentido, no se aprecian grandes novedades de contenido respecto a todo lo visto hasta la fecha. Y es que la exploración se lleva a cabo recorriendo grandes espacios en un “mapa-mundi”, descubriendo castillos, mazmorras y poblados en los que acceder, sin pedir permiso, a casas, tiendas e iglesias (donde, por cierto, se reza para guardar partida).

Ya nadie te obligará a luchar 
Podemos girar levemente la cámara para cambiar el punto de vista dentro de las ciudades (característica heredada de las versiones para DS de DQIV y DQV). Además, tenemos la oportunidad de hallar cofres ocultos y de hablar con multitud de NPCs que siempre tendrán algo nuevo que contarnos. Pero lo que realmente sorprende es que, una vez estemos en los mapeados que interconectan los escenarios del juego, a los enemigos podemos verlos, e incluso esquivarlos si nos apetece. En otras palabras, Dragon Quest IX se convierte en el primer videojuego de la serie en eliminar las batallas aleatorias.

El resultado logrado es plenamente satisfactorio, mucho más cuando entramos en un combate y nos damos cuenta de otras notables evoluciones. La clásica perspectiva en primera persona, que nos muestra a los enemigos que debemos tumbar, regresa como un homenaje a los antiguos títulos de Dragon Quest. Podemos atacar, defendernos, utilizar una magia, una habilidad o incluso huir.

Hasta aquí nada fuera de lo común, pero una vez que ejecutamos una orden, en la pantalla superior de Nintendo DS empezarán a moverse nuestros héroes como nunca, desplazándose hasta sus objetivos corriendo hasta asestarles el espadazo de turno, y todo mientras la cámara se posiciona para ofrecernos la mejor toma posible. Resumiendo, las contiendas se hacen más cinematográficas, poniendo en marcha la evolución que muchos fieles seguidores esperaban.

Fuerzas multiplicadas por cuatro
La gran novedad de esta entrega es la inclusión del modo multijugador con hasta cuatro amigos ( incluyéndote tú mismo). Mediante un portal podrás visitar las lejanas tierras de un amigo o abrir las puertas hacia las tuyas.

¿Porqué requerimos el multijugador?
Por diversión, está claro, pero también porque habrá que pelear con jefazos los cuales son muy fuertes y así los héroes de tus amigos te pueden rescatar de un trágico final.




1 comentario:

  1. Dragon Quest IX FTW! Se echa de menos el poder reclutar monstruos como en el DQ V, pero es un grandioso RPG. Puede que sea mi juego preferido de DS xD

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